¿Tienes prisa?

Imagina que alguien te pregunta: «¿Tienes prisa?». La mayoría de nosotros respondería instintivamente: «No… ¿por qué?».  Si reflexionamos un poco, siguiendo la analogía del psicólogo Jonathan Haidt sobre los dos modos de pensar —el sistema rápido, instintivo y emocional (el elefante) y el sistema lento, más racional y lógico (el jinete)—, y permitimos que sea el jinete quien tome las riendas, nos daremos cuenta de que tal vez no tengamos prisa, pero lo parece. Y lo parece todo el tiempo.

Vivimos en un mundo donde la rapidez es la norma. Nos enorgullecemos de nuestra capacidad “multitask”, nos creemos muy eficientes por “aprovechar” el tiempo, pero ¿a qué precio? Todos tenemos la percepción de ser muy racionales, pero la realidad es que absolutamente todos, tomamos el 99% de nuestras decisiones de forma emocional, sin razonar y basadas en nuestro propio “mapa” mental que vamos creando. Sí, tú también, por muy racional que creas que eres. Si os interesa el análisis del comportamiento, os recomiendo un libro que en su momento me encantó: “Pensar rápido, pensar despacio” de Daniel Kahneman.

Y hablando de pensamientos, hay uno recurrente que lleva varios meses en mi cabeza: Noa. Este año se despidió de nosotros. Fue la madrugada del 21 al 22 de abril. Noa era mi perrita, tenía casi 17 años, y aunque por ley de vida era algo que tenía que pasar, la tristeza te inunda; los que habéis tenido perro seguro que me entendéis. ¿Sabéis cuál es el primer pensamiento que me vino a la cabeza? Sentí que no había pasado suficiente tiempo con ella. De hecho, se puso muy malita mientras yo estaba a 500 km de distancia. Noa estuvo conmigo desde sus dos meses de vida, la cuidé lo mejor que supe, pero en mi cabeza se repetía el pensamiento de que no había pasado suficiente tiempo con ella en los últimos 4 años. Noa vivía con mis padres desde que empezó la pandemia ya que, por razones profesionales, empecé a viajar más de lo que a Noa le convenía. Tuvo en mis padres a los mejores compañeros de viaje que cualquiera puede tener pero el ritmo de vida elegido, no por elegido menos exigente, venía ahora a mi mente junto con un sentimiento de tristeza profundo. Y es que, al final, todo va de coste de oportunidad.

Cuando elegimos algo, estamos descartando, directa o indirectamente, dedicar nuestro tiempo a otras personas/cosas. Está muy bien tener esto claro porque no podemos ser omnipresentes. Cuando me entran dudas al tomar una decisión hay dos preguntas muy simples que suelo hacerme:

Si estuvieran escribiendo una biografía sobre mi vida…
¿Estaría orgulloso de que relataran lo que estoy a punto de decidir?

Si hoy fuera el último día de mi vida…
¿Me sentiría feliz con el tiempo que he dedicado a las personas que quiero?

La vida es imperfecta, eso nadie lo duda, como tampoco el hecho de que el tiempo dedicado siempre va a parecer insuficiente porque es finito, pero piénsalo bien: ¿Cuántas veces decimos o hemos oído decir, «cuando ocurra esto haré esto otro…»? El problema es que el condicional, aun siendo subjetivo, pocas veces depende de nosotros y por lo tanto no estamos realmente decidiendo nuestro destino. Y eso es una pena, porque lo realmente bonito en la vida es elegir. Por supuesto vamos a cometer errores, pero elegir nos hace libres, nos ayuda a aprender y a crecer, nos da satisfacciones y, por supuesto, nos hace únicos. Las decisiones presentes son las únicas que controlamos, elegir dibuja nuestro destino; dicho de otra forma, nuestro presente es el cúmulo de decisiones que tomamos en el pasado.

Cuando me preguntan cuál es el mejor momento para emprender, siempre digo que ese momento ya pasó, era ayer. El segundo mejor momento es ahora. Imagino que eso lo podemos aplicar a tantas otras decisiones importantes en nuestra vida que, por importantes, las posponemos al momento perfecto… y ese momento, esa perfección, nunca llega.

Volviendo a las prisas, los días, las semanas y los meses pasan volando. ¿Cuántas veces creemos que «no nos da la vida»? Nuestra atención y energía se van consumiendo en nuestras ocupaciones y no nos detenemos ni a tomar consciencia; actuamos como si nos estuviera persiguiendo alguien, como si las 24 horas de un día no fueran suficientes. Y, cuidado, no estoy hablando de no ser ambiciosos ni de no querer comerse los días, pero precisamente “comer” deberíamos asociarlo a “saborear” porque si esto va solo de engullir, se nos van a escapar muchos matices y lo maravilloso de la vida está en las pequeñas cosas, pero para eso debemos ser capaces de percibirlas y las prisas no ayudan.

Los móviles, los smartwatches, los cientos de emails de trabajo que recibimos al día, Teams, Skype, las redes sociales en las que todo el mundo hace de todo y el día parece cundirles muchísimo, nada de eso suma. No estoy diciendo que no sean útiles, por supuesto lo son, pero como casi todo en la vida, depende de su uso. ¿Por qué WhatsApp permite que escuchemos los audios a 1,5 o 2? Muy simple, porque es lo que pide la sociedad, que dicho así suena a impersonal y por definición lo impersonal no puede imputarse a nadie, pero no hay que olvidar que esa sociedad la hacemos nosotros. La culpa es de todos, aunque nadie la quiera.

Escribo estas líneas a modo de reflexión sin ser yo ejemplo de nada, el otro día un gran amigo me recordaba que cuando ambos estábamos iniciándonos en esto del emprendimiento, él me recomendaba bajar mi ritmo de trabajo a lo que yo siempre le respondía “ya descansaré cuando me jubile, si algún día lo hago”. En fin, todos evolucionamos (o deberíamos hacerlo…).

Me parece clave que seamos observadores, tomar consciencia de los ritmos que llevamos, conocer nuestras rutinas que terminarán convirtiéndose en nuestros hábitos. Tenemos un problema si normalizamos que en una mesa, siguiendo con la analogía de la comida, las personas miren el móvil de forma casi compulsiva. Y sí, siempre encontraremos una excusa para justificarlo, no os olvidéis que primero reaccionamos y luego justificamos, pero no caigamos en hacernos trampas al solitario; justificar algo que nos aleja de los que tenemos cerca, que nos imposibilita estar al 100% con la persona que está en esa mesa, la misma que nos está dedicando su bien más preciado, su tiempo, no es una justificación sino una excusa. Y cuidado con caer en relacionar todo este tema con la selección natural de Darwin. No va de aprovechar más el tiempo, de desarrollar capacidades multitask, ni mucho menos va de ser débiles o fuertes, creo que es más simple que todo eso, va de elección y va de calidad del tiempo a lo que sea que decidimos dedicarlo.

La autorreflexión y la toma de consciencia ayudan a relativizar los “problemas” y a poner en “valor” todo aquello que nos regala la vida. Todo eso nos hace mentalmente más fuertes, y el ser mentalmente más fuertes, nos permite adaptarnos mejor a las circunstancias y esa es una de las claves para ser más felices.

Hecha esta reflexión, cada uno elige. Algunos elegirán no hacer el ejercicio, otros seguir igual, perfecto. También es cierto que no todo el mundo disfruta comiendo, hay quien prefiere engullir. Eso sí, tengo que confesar que yo no me fío de las personas que no disfrutan de la comida.

Siguiendo con mi pensamiento recurrente de los últimos meses, he sido un súper afortunado por haber podido educar, jugar, convivir y crecer con Noa. En estos tres meses y medio desde que nos despedimos puedo decir que, aunque por supuesto hubiera querido pasar más tiempo contigo, también sé que todas las decisiones que tomé las hice desde el amor y eso da una tranquilidad emocional que es la base de todo. Noa, has sido la mejor compañera de cuatro patas que hubiera podido soñar. He sido un afortunado por tenerte, sé que los dos lo hemos sido. Gracias por todo.

Que no se nos olvide mirar al cielo…

No me pasaba por aquí desde el día siguiente a mi santo, pero no desde este 7 de febrero, sino desde del de hace casi 3 años. En ese momento sentí el deseo de compartir con quién me quisiera leer Lecciones de Vida en sitios insospechados. Marc, sin saberlo ni pretenderlo, me regaló la media hora de espera médica más ilustrativa de mi vida, ¡Gracias Marc! Han pasado casi 1.000 días desde entonces y me gusta pensar que en cada uno de ellos, aunque muchas veces de forma inconsciente, he aplicado parte de aquel aprendizaje. 

El otro día vi un story sobre un discurso que dio William McRaven, William es un comandante de operaciones especiales del ejército de los Estados Unidos. Probablemente muchos lo habréis visto, así que no voy a extenderme pero sí quiero resumirlo para contextualizar. El discurso empieza con un prometedor “Si quieres cambiar el mundo, empieza por hacerte la cama”. Lo argumenta diciendo que esa será la primera tarea de un montón que podrás hacer durante el día, empezar de esa forma te da la satisfacción de haber cumplido con tu primer objetivo del día, además refuerza la afirmación de que “las pequeñas cosas importan”, si no eres capaz de comprometerte a hacer pequeñas cosas, no serás capaz de afrontar objetivos más ambiciosos que te plantees. Además, en el caso de que hayas tenido un mal día, una cama bien hecha siempre te ayudará a descansar mejor para afrontar las oportunidades que nos dará el día siguiente. 

Yo no sé si hacerse la cama es la solución para cambiar el mundo, pero coincide que  es el primero de mis hábitos diarios para activar mi cuerpo. También tengo claro que lo que funciona para uno no tiene porque funcionar para otro, pero para todos es clave dedicarnos unos minutos a la semana, si puede ser al día mejor, para escuchar a nuestro cuerpo. No sé si a eso se le llama meditación pero me da lo mismo, creo que conocerse a uno mismo es la llave de la felicidad, no solo la nuestra sino también la de nuestro entorno. Y no todo el mundo se dedica el tiempo que debería. No permitamos que nos engulla el corto-placismo, las prisas, la inmediatez en todos los sentidos que nos venden por todos lados haciéndonos olvidar, o dejar para la última de las prioridades, el origen de todo, lo más valioso, a nosotros mismos. 

Volviendo a mis hábitos y a mi activación, lo siguiente que hago es dar un paseo en ayunas, durante el paseo no solo “estiro las piernas”, también “despejo la cabeza”, me sumerjo en mis pensamientos o simplemente no pienso en nada, esto último es en muchos momentos la clave para mantener mi paz interior. Lo sé, que difícil es no pensar en nada!!! También puede valer desviar nuestra atención hacia cualquier otro pensamiento, porque todos sabemos que la cabeza va por libre, pero podemos aprender a gestionarla. 

Pero vamos a seguir paseando, en mis paseos tengo dos reglas: la primera es no mirar el móvil, la segunda es mirar al cielo. Ambas me desconectan del mundo terrenal, pero además la segunda me ayuda a coger perspectiva, me recuerda que soy un afortunado y me pone en mi sitio de un plumazo! Viendo la inmensidad del cielo nos damos cuenta de lo insignificantes que somos y este punto, bien enfocado, minimiza al máximo también nuestras preocupaciones y las coloca en un horizonte temporal tan corto que hace que pierdan relevancia. Aquello que hoy puede preocuparte, pero que sabes que no lo hará dentro de un año, no merece la pena tildarlo como “problema”. Y enredado en mis pensamientos es cuando tomo también consciencia de que tengo un poder, todos lo tenemos, el poder de mejorar la vida de quienes tenemos cerca. Pero todo poder lleva consigo una responsabilidad. Y la responsabilidad la enlazo con la paz interior que cada uno debemos buscar, con priorizarnos y con darnos el tiempo que nos merecemos.

Muchas veces no somos conscientes de ello, pero nuestro poder es tan potente que puede cambiar vidas, no solo en la manera con la que afrontamos lo que la vida nos va deparando, sino incluso en la mera forma con la que nos comunicamos con los que nos rodean. Me viene ahora a la cabeza una historia real en la que a un niño le dieron un sobre cerrado en su colegio, era una nota para su madre. El niño, al llegar a casa le entregó la nota a su madre, su madre abrió el sobre y a la pregunta de su hijo sobre el contenido le respondió leyendo entre lágrimas: “Su hijo es un genio, esta escuela es muy pequeña para él y no tenemos buenos maestros para enseñarle, solo su madre puede enseñarle cosas nuevas”. Años más tarde, cuando su madre falleció, el niño convertido no solo en hombre sino en un científico que cambió la historia de la humanidad, encontró la nota y conoció el texto real de la misma: “Su hijo está mentalmente enfermo y no podemos permitirle que venga más a la escuela”. El científico inventó entre otros: la bombilla, el telégrafo, el fonógrafo, la batería de níquel que sirvió para crear el primer coche eléctrico!!!…Sí, Edison fue aquel niño al que la actitud y la forma de comunicar de su madre le cambió la vida a él y a la humanidad. Imaginad lo distinto que hubiera sido todo si su madre se hubiera limitado a leer la nota sin ponerle “actitud” al asunto…

Volvamos al cielo, os habéis fijado que según desde donde lo estéis mirando parece distinto? el cielo que vemos en la ciudad, el del campo, el cielo desde una montaña nevada, desde un avión o desde un velero…pues no os olvidéis que es el mismo cielo y sí, seguro que hay ubicaciones que hacen que el cielo nos muestre su mejor cara, pero lo que realmente cambia es nuestra forma de mirarlo y el tiempo que le dedicamos.

Como le comentaba a una de las personas que más me ha ayudado a crecer en el último año, esto no va solo de bailes y risas, la vida nos pone en situaciones de todo tipo y lo que nos diferencia es nuestra actitud ante ellas. Que no nos falte actitud, afrontemos lo que nos espera con nuestra mejor mirada y, por supuesto, que no se nos olvide mirar al cielo… 

Lecciones de vida en sitios insospechados

Peter Lynch dice en su libro «Un paso por delante de Wall Street» que en lugares insospechados, simplemente siendo observadores, podemos encontrar fabulosas opciones de inversión, pues ocurre exactamente lo mismo sobre las lecciones de vida. En cualquier momento, en cualquier situación, podemos aprender y mejorar nuestra forma de afrontar la vida y, ya cuando tengamos interiorizadas una serie de claves, solo entonces, podremos cambiar la palabra «afrontar» por «disfrutar». Y no se trata de un cambio baladí.

Disfrutemos la vida en lugar de afrontarla, dejemos de ser nuestro peor enemigo.

Hace mucho que no escribo y esta vez lo hago de forma sucinta para compartir algo que me ha ocurrido hace apenas 3 días. Por contextualizar, estaba en la sala de espera de una consulta médica y llega un chico invidente acompañado de un sanitario y de su perro guía, se aposenta, su perro se tumba después de hacer su trabajo, y nos quedamos los dos solos. Le saludo para que sepa que está acompañado, me devuelve el saludo y empieza a hablar por teléfono.

Marc, así se llama el chico, realizó varias llamadas, yo no pretendía escuchar nada, pero estábamos solos y me fue inevitable hacerlo. En una de ellas comentaba que le iban a operar pero que estaba todo estupendo, en absolutamente todo lo que decía transmitía POSITIVISMO. Primera lección, que nos regaló Marc:

No importan las circunstancias, lo que realmente cuenta es la ACTITUD ante ellas.

Marc seguía hablando mientras yo observaba a su perro guía, que maravilla los animales en general y que bonita la labor que hacen los perros guía en particular, poder ser literalmente «los ojos de tu amo» cuando los necesita me parece uno de los actos de amor más bonitos que puedan existir. Estoy seguro que, con toda la razón del mundo, se sienten perros especiales. Lo son.

Mientras yo divagaba en mis pensamientos Marc encadenó la tercera o cuarta llamada. Se trataba de una amiga que iba a ir a recogerlo a la consulta médica. Desde el momento en el que empezó la conversación Marc supo que ella estaba mal, agobiada. Así que empezó a decirle que no se preocupara lo más mínimo, que el hecho de que su GPS del coche le hubiera hecho perderse no tenia importancia, además le apuntaba que debía usar uno de móvil porque los del coche «siempre la lían». Su amiga debía estar sumida en la más profunda desesperación porque Marc seguía diciendo «No digas eso, tú eres inútil para algunas cosas y super útil para muchas otras, como absolutamente todas las personas» Y le ponía un ejemplo en el que Marc se sentía inútil «Yo no logro hacer bien el pescado, o lo dejo crudo o lo paso de punto…pero de todas formas lo sigo intentando y más importante aún, me perdono cada vez que fallo. A ti te da pánico conducir y no es lo mejor que haces, pero aún y así lo haces infinitamente mejor que yo que directamente no puedo hacerlo. Además te agradezco que lo hayas intentado».

No debemos exigirnos ser perfectos porque no lo somos, debemos intentar mejorar, pero también debemos perdonarnos cada vez que fallamos.

Marc seguía dando soluciones a la «situación» de su amiga. «Estás por Pozuelo, pues bien, allí hay un Corte Inglés, aparca, pídete un vino y yo llegaré en cuanto salga de aquí para brindar contigo. Hemos venido a esta vida para disfrutarla, así que no dejes que te agobie un «problema» que se soluciona con 10 euros de taxi que es lo que me va a costar a mi llegar a dónde estás tú.»

A grandes males, grandes remedios. Qué importante es contextualizar las cosas para darnos cuenta que hay agobios diarios que no deberían tener el poder de cambiar nuestro estado de ánimo. Seamos pragmáticos y seremos más felices.

Cuando Marc colgó la llamada le pedí perdón por no haber podido evitar escucharlo, le dije que acababa de regalarme una de las mejores charlas TED a la que poder asistir y que, sin duda, le agradecía esa lección de vida. Seguí diciéndole que daba gusto ese positivismo y que esa chica era una afortunada por tenerlo a él como amigo. Se sonrojó al principio para después responderme que agradecía mis palabras. Seguimos hablando un buen rato hasta que me llamaron a consulta, pero esos minutos de conversación no hicieron más que confirmar que era un tío que merecía MUCHO la pena. Ojalá tuviéramos más Marc(s) en nuestras vidas.

Marc, ¡Gracias por tu ejemplo y por tus lecciones de vida! lecciones que, aunque haya muchos que se jactan de conocer, no hay tantos que las practican.

Suerte en todo lo que hagas y…
¡A disfrutar la vida!

¿Ironman de Mallorca o Marbella?

Después de un par de años en el dique seco por diferentes motivos, voy a volver a competir.

Los últimos días del 2018 vendí Activolution. Como es lógico, los inicios de una nueva etapa conllevan un extra de dedicación, en el 2019 no pude prepararme ni para competir ni, lo más importante, a nivel psicológico. El siguiente reto me lo planteé en el 2020 pero, con todo lo que estamos viviendo, la mayoría de carreras se están anulando o aplazando.

Pero del 2021 no quiero que pase, así que lo primero era elegir el reto y lo segundo dónde realizarlo.

La primera cuestión está decidida, voy a realizar por primera vez un Ironman 70.3 de la marca Ironman. Para los menos duchos en la materia, Ironman es la marca más conocida por su capacidad de organización de eventos, por ser los organizadores del campeonato mundial y por su historia. La otra gran marca es Challenge que, por cierto, lo está haciendo muy bien en los últimos años. De hecho, a raíz de las pruebas anuladas por el covid se ha generado una gran polémica porque Ironman no ha devuelto el dinero a los triatletas, algo que si va a hacer Challenge.

La segunda cuestión es cuál de los Ironman 70.3 realizar. Para decidirme he tenido en cuenta en primer lugar las fechas y, en segundo lugar, la logística. No quería que fuera una prueba demasiado lejana en el tiempo pero que, a la vez, me diera el suficiente tiempo para prepararme y para tener la «garantía» de que el covid esté más controlado mediante vacunas, etc… esto último no lo puedo controlar así que haré lo que suelo hacer para aquello que se escapa a mi control, simplemente pensaré en positivo.

Después de tanto divagar, los finalistas son: Mallorca y Marbella. Temperaturas ambientales y de agua parecidas, atmósfera maravillosa en ambas pruebas, aunque logística muy distinta…

Estos son los trazados de ambas pruebas:

Ironman 70.3 Mallorca 2021

Circuito de Bici Ironman 70.3 Mallorca 2021
Circuito de Carrera Ironman 70.3 Mallorca 2021

Ironman 70.3 Marbella 2021

Circuito de Natación Ironman 70.3 Marbella 2021
Circuito de Bici Ironman 70.3 Marbella 2021
Circuito de Carrera Ironman 70.3 Marbella 2021

Me apetece mucho realizar mi primera prueba en una isla como Mallorca, con todo el amor que le tengo a las Baleares, pero por otro lado la logística de la bici se complica cuando tienes que coger un avión… la bici es delicada y la caja para transportarla con garantías es un armatoste importante que ocupa demasiado espacio la mayoría del tiempo, es decir, cuando no se está usando. Otra opción es el ferry, pero alargaría el tiempo dedicado a la logística y, salvo fuerza mayor, no es la mejor de las opciones.

¿Alguno de vosotros ha realizado una de estas dos pruebas? Sugerencias, recomendaciones, pensamientos en voz alta…¡Os leo!

¿Se puede entrenar el «control»?

Lo sé, el verbo «controlar» tiene connotaciones negativas y puede asociarse a la manipulación de personas. Nada más lejos de mi intención. Mi pensamiento en voz alta va sobre la sensación de control sobre algunas situaciones. Algunos ejemplos pueden ser muy claros y otros más controvertidos, voy a intentar explicarme.

¿Podemos preparar la cita «perfecta» con aquella persona que tanto nos gusta?

¿Podemos preparar la cena perfecta?

¡Claro que si! De hecho debemos prepararla por varias razones que explicaré al final de mi reflexión, pero mejor será que el control de la situación no sea uno de esos motivos. Simplemente porque el «factor humano» y la «aleatoriedad» del comportamiento individual entrarán en juego y frustrarán nuestras intenciones. Por mucho tiempo que le dediquemos a la preparación de la cita, lo único que podemos aspirar a conseguir es a aumentar la sensación de control, esa sensación nos dará seguridad y puede ser clave para que la cita sea un éxito (denominando éxito a cualquier objetivo que uno se plantee). Pero, aún y así, en ningún caso el éxito será causa directa del control adquirido por la preparación.

¿Podemos controlar una entrevista de trabajo gracias a su preparación?

Nos ponemos en situación. Queremos, perdón… deseamos, ese puesto de trabajo para el que tenemos una entrevista en un par de días. ¿Podemos prepararla para llegar a tener la sensación de control de la situación? Mi respuesta es SI, podemos prepararnos para tener esa sensación. Pero cuidado, he vuelto a decir «sensación» de control. Trabajando la entrevista, investigando sobre la empresa a la que queremos dedicar nuestro futuro laboral, intentando conocer sus valores, revisando nuestro cv y viendo que competencias debemos destacar para hacernos con el puesto. En definitiva, teletransportándonos al día y hora de la entrevista llegaremos a esa falsa ilusión de control. Esa ilusión es directamente proporcional al tiempo que dediquemos a prepararnos.

Pero cuidado, es una falacia psicológica porque en ningún caso, por muchas horas dedicadas a prepararnos, tendremos un control sobre esa situación. De hecho es completamente imposible tenerlo, ya que intervienen muchos factores que pueden hacer que los acontecimientos vayan en una u otra dirección, pero lo más «incontrolable» que puede intervenir es la acción humana. Simplemente porque desde mi punto de vista, la «imprevisibilidad» es inherente a la naturaleza humana en muchas áreas del comportamiento y con esto no creo que contradiga al admirado economista austríaco, Ludwig Von Misses en su libro «La acción humana», yo estoy hablando de imprevisibilidad individual vs. la previsibilidad grupal de la praxeología.

Volviendo a las situaciones expuestas, como mínimo van a interactuar dos personas con sus respectivas situaciones personales, situaciones profesionales, con sus estados de humor, que pueden verse alterados por detalles minúsculos que acontezcan en cualquier momento antes del evento, en el trayecto, la noche anterior…y que, a la postre, cambian el estado anímico de las personas y, sin duda, el devenir de ese momento sin que tenga ningún tipo de compasión con nosotros por habernos preparado a conciencia.

Últimamente estoy leyendo mucho sobre la escuela de filosofía estoica. Disculpad el salto porque para ello hay que irse 19 siglos atrás y remontarse a la época de Séneca (Filósofo), Marco Aurelio (Emperador) y Epicteto (Esclavo), los tres, pese a tener circunstancias económicas y vitales muy distintas, compartían su creencia por las ideas de la escuela del estoicismo . Epicteto logró tener su propia escuela, una persona admirable sobre la que os recomiendo investigar. A lo que nos atañe, ya los estoicos hablaban sobre la DICOTOMIA DE CONTROL. Su exposición me parece pragmática e interesante para evitar pérdidas de tiempo, de foco y lo más importante, de sufrimiento emocional.

«El hombre sabio se preocupa por la intención de sus acciones, no por sus resultados. Nuestra acción inicial está bajo nuestro control, pero la fortuna determina su final.»

Séneca

«Tú tienes poder sobre tu mente, no sobre los acontecimientos. Date cuenta de esto y encontrarás tu fuerza.»

Marco Aurelio

«En la vida, nuestro primer trabajo es dividir y distinguir las cosas en dos categorías: las circunstancias externas que no puedo controlar, y las decisiones que tomo respecto a ellas y que tengo bajo mi control.»

Epicteto

Dicho esto, ¿Entonces es mejor no preparar las cosas? PARA NADA. Vuelvo al ejemplo de la cena con aquella persona que tanto nos gusta, o por lo menos nos gusta lo que hemos proyectado sobre ella. Hay que hacerlo básicamente por 3 motivos:

  • La ilusión. La preparación nos teletransporta a ese momento que estamos preparando y la ilusión es una de las cosas más bonitas que nos da la vida, lamentablemente los años hacen que se vaya perdiendo pero debemos animarnos a renovar esas ilusiones porque, sin duda, es alimento y síntoma de disfrute vital.
  • La imaginación. La gran ventaja de preparar las situaciones en nuestra cabeza es que nos permite vivirlas como nosotros desearíamos que fueran. Cuidado con esto porque en ocasiones la cabeza es traicionera y no debemos caer en que esa fuerza se vuelva en nuestra contra añadiendo miedos e inseguridades a la visualización del momento, si eso ocurre mejor no imaginar. Lo dicho, proyectemos en positivo y hagámoslo tantas veces como queramos, imaginar/soñar es gratis. Y cuando esa cabeza nos traicione pensemos en una de mis frases favoritas:

«Al final todo irá bien.. y si no va bien es que no es el final.»

  • La conciencia. Quizá suene raro incluir la conciencia como tercer punto pero la incluyo porque siempre nos han enseñado que las cosas que valen la pena requieren de un esfuerzo. Las cosas importantes en la vida necesitan preparación, detalle, mimo. Y a eso me refiero, vaya o no vaya bien el acontecimiento en cuestión, nuestras mejores intenciones estaban allí. El simple hecho de haberle dedicado un tiempo a su «preparación» nos otorga el derecho, sea cual sea el resultado final, a sentirnos bien con nosotros mismos y a tener la conciencia tranquila por haberlo intentado.

En definitiva es bueno buscar esa «falsa sensación de control» porque nos dará la tranquilidad previa, y la paz posterior, de haber hecho lo que uno entendía que debía hacer y eso, hacer las cosas con ilusión y con las mejores de las intenciones, es la mejor elección que podemos tomar en cualquier momento para mantener alimentada nuestra paz interior.

Si finalmente no somos exitosos, no nos atormentemos por lo que pudo o dejo de ser, seamos positivos y pensemos que dimos lo mejor de nosotros para conseguirlo, no pudo ser pero lo intentamos y, unas veces de forma consciente y otras de forma inconsciente, aprenderemos y mejoraremos en el proceso.

¿Sabemos usar un megáfono?

La realidad fáctica es que llevamos algo más de tres semanas confinados por un virus llamado covid-19 y que, lamentablemente, está poniendo en serios apuros al sistema sanitario mundial.

A partir de ahí, este confinamiento, como casi todo en la vida, lo podemos afrontar de dos formas antagónicas: lamentándonos o aprovechando la situación. Es más, somos humanos y es posible que cada uno de nosotros tenga un poco de ambas formas de vivirlo según el día o la semana. Pero si visto así, la gran mayoría estará de acuerdo en que es mejor aprovecharlo, ¿Por qué cuesta tanto? Pues también como casi todo en la vida, por un tema de enfoque que, a la vez, viene determinado por una buena gestión de la cabeza y, en concreto, por el autocontrol emocional.

¡Seamos positivos! Hay multitud de caminos para serlo, lo que vale para unos no vale para otros, pero lo que está claro es que positividad llama a positivimo y que cualquier input negativo no ayuda en nada, en todo caso merma la capacidad de mantenernos positivos.

Facebook, Twitter, Instagram… todos tenemos un megáfono que lanza nuestros mensajes más allá de lo que jamás en la historia había podido hacerse. Si unimos a esa capacidad la reflexión de que todos los actos tienen consecuencias, la mezcla es explosiva y, a veces, dañina. Tener un megáfono es «guay» pero entraña responsabilidades. ¿Sabemos usarlo?

Las redes sociales nos sirven de megáfono, seamos positivos.

No tenemos por qué opinar sobre todo, no tenemos por qué saber absolutamente sobre cualquier asunto del momento. Últimamente parece que todos sabemos sobre medicina, sociología, psicología… ah! y también sobre fenómenos paranormales. Es importante tomar conciencia que no sabemos de todo, es más, en general sabemos poco y sobre pocas cosas, eso si, hay áreas de competencia dónde tenemos la percepción de que sabemos un poco más, pero no seamos ilusos y autocomplacientes, no sabemos de todo.

Volviendo a las áreas de competencia, aprovechémoslas para intentar comunicar y esparcir el conocimiento. El problema es cuando saliéndonos de ellas generamos negatividad. No tenemos por qué compartir con «el mundo» todo lo que pensamos, y menos si es negativo. Está claro que opinar, como pensar, es gratis y podemos hacerlo cuando nos de la gana (¡faltaría!) pero en «petit comité» porque si usamos nuestros megáfonos para esparcir negatividad estamos haciendo un flaco favor al resto. No debemos olvidar que los actos tienen consecuencias, a veces imperceptibles por nosotros porque afectan a personas que ni siquiera conocemos pero a las que llegó nuestro mensaje. Intentemos no aportar negatividad, no generar miedos, teorías conspiratórias, en definitiva no abramos melones negativos, seamos responsables y empáticos. Suficiente tenemos con la corriente de negatividad que nos generan los medios en general, donde exacerbar la noticia es lo importante. En el mundo real las cosas deberían fluctuar entre «bastante buenas» y «no tan buenas» pero en el mundo del periodismo, a la postre lo arrastran a algunas personas al mundo real, la percepción oscila entre «perfecta» o «desesperada» sin que pase por el equilibrio en ningún momento.

Empatía y positividad. De igual forma que nuestro megáfono entraña responsabilidades también nos da poder. Usemos ese poder para ayudar a aquellos más débiles, una sonrisa, un gesto, un comentario positivo, un mensaje de optimismo. Desde aportaciones más concretas sobre temas que conocemos a simples comentarios que aporten ese rayito de luz que mucha gente necesita. ¡Vamoooooos!

Activolution

He vendido mi empresa

Ya sé que en los tiempos que corren a la gente le gusta más ver vídeos que leer, pero yo empecé este blog cuando YouTube no existía y, por una mezcla de nostalgia y de tradición, voy a seguir haciéndolo. Encima voy y escribo un post largo como este, ¡que osadía la mía! pero creo que el tema lo merece…

Hoy se cumple un año y 3 meses desde que vendí la empresa de marketing en internet que constituí hace 18 años, concretamente el 2 de diciembre del 2002, Activolution. Hasta ahora no lo había anunciado por un acuerdo de confidencialidad.

Fue el 12 de diciembre del 2018, no voy a ponerme melancólico porque las empresas son instrumentos que se constituyen con ilusión, sino es imposible que funcionen, aunque por supuesto la ilusión tampoco es garantía de nada, pero las empresas no son mas que instrumentos para tratar de cubrir un vacío, ya sea de servicio o de producto, detectado en la sociedad. Otra cosa son las personas que la forman, eso si es garantía de todo y, sin duda, la clave de que las cosas funcionen. En el año 2000, cuando constituí mi primera empresa, un portal para la búsqueda de empleo para gente joven, me grabe a fuego algo que leí en alguna revista de jóvenes emprendedores: “Las ideas están sobrevaloradas, una empresa con una idea mediocre y un gran equipo, tendrá viabilidad, lo contrario no funcionará nunca”.

En 18 años de trabajo en la empresa que uno constituye hay, por supuesto, mucho sacrificio individual y colectivo, muchas vivencias, muchas emociones e infinidad de anécdotas. Es difícil resumirlo todo en un solo post y si tratara de hacerlo seguro que me olvidaría de alguien y, como esto de las susceptibilidades va por barrios, no quiero que nadie se sienta molest@ por no ser nombrado, así que ni voy a intentarlo. De hecho voy a nombrar a muy pocas personas, por no aburrir y, precisamente, por no caer en el absurdo de intentar mencionar individualmente a todos… han sido unas 150 personas y carece de sentido. Pero, por supuesto, GRACIAS A TODOS y cada uno de vosotros. Personas que después de un proceso decidieron no acudir al primer dia de trabajo (también las hay), de vosotr@s también aprendí. Y personas como Jesús Jiménez, al que entrevisté en el año 2001 en el Rodilla de plaza Castilla (Madrid) y a los pocos días empezó a trabajar conmigo, hasta hace apenas unos días seguíamos haciéndolo, en estos años apostaría que me ha visto más a mi que a su fantástica mujer Noelia quien, por cierto, también trabaja con nosotros desde hace más de 10 años. Qué recuerdos aquellos en la primera oficina con Jesús, apenas 15M2 en Juan de Olías, una pequeña calle entre Bravo Murillo e Infanta Mercedes. Por entonces padecíamos el “síndrome de Peter Pan” invertido, es decir nos ocurría lo que les ocurre a los adolescentes, queríamos crecer y aparentar ser más grandes de lo que realmente éramos. Cada vez que sonaba el teléfono nos mirábamos preguntándonos si uno de los dos esperaba una llamada para responder el otro, con práctica ya no teníamos ni que hablar, un pequeño arqueo de cejas nos delataba. “Activolution buenos días… voy a ver si lo localizo” poníamos la llamada en espera y transferíamos al otro pasados unos segundos. A veces nos equivocábamos y la llamada era para nosotros, entonces poníamos voz de falsete intentando parecer otra persona, todo por la absurda idea de que no pareciera que éramos minúsculos (¡y lo éramos!), en fin, eran otros tiempos, otra mentalidad y esos “detalles” nos parecía que aportaban.

A los pocos años logramos escalar a una oficina más grande en el mismo edificio, además pudimos contratar a nuestra primera administrativa, Miren Guillén, que lujo eso de tener alguien que te ayude con las tareas burocráticas, con la facturación, que responda al teléfono, adiós a tener que poner voz de falsete ;). La recuerdo como si fuera ahora. En todos estos años por su puesto solo ha pasado Miren, Teresa Font y Esther Pareja. Esther sigue con nosotros a día de hoy. En el área comercial, además de Jesús estaba Alberto Sánchez y Rubén Iturralde. Vaya tridente. Rubén venía de I-Network (antigua red exclusivista de Antevenio, de mi admirado y amigo Joshua Novick) corría el año 2005 y aunque no pudimos trabajar mucho tiempo juntos todavía nos tenemos mucho cariño. De hecho, cada vez que nos contactamos sigue llamándome “jefe”, se que lo hace con todo el afecto del mundo, aunque ahora su jefe es él mismo ya que no ha dejado de emprender desde entonces. Alberto ha tenido una fructífera carrera primero en MyAlert y luego en Wysiwig.

Mirando la foto, a mi izquierda Alberto Sánchez, a mi derecha Fernando Bacaicoa (Grupo EducaEdu). En la boda de Jesús Jiménez y Noelia Pizarro (ambos históricos trabajadores de Activolution)

El siguiente paso fue irnos a Plaza Castilla, fue la tercera oficina y allí logramos incorporar al equipo a nuestro primer CTO, Jaime Torres, supervisado por David Rodríguez con quien yo llevaba colaborando desde el año 2001 pero el proyecto no generaba casa-flow suficiente para poder contratarlo. Aunque al final lo conseguimos, en el año 2006 David Rodríguez se incorporó a nuestra estructura como CTO. David también sigue con nosotros y puedo decir, con el más sano de los orgullos, que junto a Jesús ha sido el alma de Activolution. Con David parece ser que no nos ha bastado con compartir muchísimas horas en la oficina, también decidimos hacer varios Triatlones juntos, Castellón, Málaga, Madrid… ¡Gracias a los dos! No me quedan años profesionales para agradeceros vuestra lealtad y vuestra predisposición por ejecutar todas las ideas que hemos ido teniendo.

mirando la foto, David Rodríguez a la izquierda y Jesús Jimenez a la derecha.

Y saltando ya al 2009, fue el año en el que decidimos internacionalizar Activolution y, casualidades de la vida, mi amigo del alma Juan Sebastián de Eizaguirre, quien también fue el primer socio que tuve en la aventura del portal de empleo, estaba planteándose un cambio de vida profesional después de haber estado varios años por el norte de Europa, en Oslo y Estocolmo, envuelto en varios proyectos. Un par de llamadas y una visita a nuestra oficina valieron para que se sumara al proyecto. Juanse consiguió que fuéramos empresa PIPE (con ciertas ventajas por el ICEX), estudió las opciones y, finalmente, después de un viaje de prospección decidimos abrir en São Paulo nuestras primeras oficinas fuera de España. La historia es larga pero voy a centrarme en lo más fructífero. Juanse lideró la oficina, aprendimos mucho y cuando volvió a su Donostia natal lo hizo con una Paulistana con la ha formado una bonita familía con dos hijos, Gabriela y Mario, del último tengo la suerte de ser su padrino de bautizo.

Mirando la foto, Juan Sebastián de Eizaguirre a la izquierda. Jesús y David al otro lado. El día de la venta de Activolution (12-12-2018)

Gracias a todos los que habéis pasado por Activolution, gracias a vuestro esfuerzo hoy seguimos en marcha con un proyecto que hace 19 años era solo una idea. Ahora pertenecemos al mayor grupo de captación de alumnos potenciales de habla hispana perteneciente a Great Hill Partners, un fondo con sede en Boston.

¿Por qué vendí la empresa?

Básicamente por varios motivos que resumo en dos: Desgaste emocional y movimientos de concentración en la indústria.

En los 2 años anteriores a la venta se estaban produciendo adquisiciones y contactos para posibles adquisiciones en el sector que me hicieron plantearme la situación. A nosotros nos tocaron por primera vez en el año 2010, llegamos a firmar una LOI (acuerdo de confidencialidad) pero finalmente a mitad de la “due diligence” rompimos negociaciones. Por lo tanto, rondando esa idea en mi cabeza y, tal y como estaba mutando la industria a una especie de oligopolio en la que nuestra posición se vería comprometida, el resultado estaba claro. Nos empezamos a dejar querer.

Por otro lado, como mencionaba anteriormente, la ilusión debe ser el motor que nos mueva, si no hay ilusión debe haber, por lo menos, la reflexión y el análisis del motivo por el que no la hay. Si esa situación es reversible, intentemos poner los medios para recuperarla. Si no lo es, tengamos la determinación de cambiar las cosas para hacer cualquier cosa que nos ilusione, creo sinceramente que es una de las emociones que más puede mover el mundo, sin ilusión es imposible innovar, mejorar, amar, en definitiva, en todas las facetas de nuestra vida debemos aspirar a tenerla y sino, cambiemos la situación para que (re)aparezca. En mi caso la compañía ya operaba en un mercado bastante maduro, muy distinto al que “creamos” en los inicios del 2000 cuando debíamos evangelizar el modelo CPL (coste por lead) y teníamos que repetir a todos nuestros familiares que nos dedicábamos al medio internet pero “sin hacer nada malo”, todo lo contrario, nos dedicábamos a ayudar a la gente a cambiar su vida a través de la búsqueda de la formación que mejor encajaba con su perfil y objetivos. Las cosas cambian y aunque, en este caso a mejor, los sectores maduros no son tan emocionantes como los incipientes, por lo menos para mi.

En mi caso además, al proyectar la posible venta me venían a la cabeza nuevas ilusiones profesionales que en algún momento espero acometer y de las que “amenazo” contaros en un futuro.

Imagen TerraViva

Terraviva, abro un nuevo restaurante

Como los más cercanos ya conocéis, he tenido un año 2019 con mucho movimiento, adaptación a nuevas situaciones profesionales (en otro post os cuento mejor) y la apertura de un nuevo restaurante. Con este post hago doble propósito de enmienda, prometo no estar tanto tiempo sin escribir (última entrada en el 2017!! disculpadme..!) y además, retomo el objeto inicial del blog en aquel mes de mayo del 2006 (hace 14 años!!! guauuuu! como pasa el tiempo), que no era otro que dejar por escrito pensamientos, situaciones y acontecimientos varios relacionados mayoritariamente con los proyectos en los que emprendo, el deporte y, últimamente sobre value investing.

Voy al grano, que no se trata que después de tanto tiempo sin escribir me dejéis por rollero. Desde el 1 de Junio del 2018 estoy metido en un nuevo proyecto, se trata de un restaurante de comida mediterránea en Santa Engracia 70, al ladito de Ponzano. Es el quinto restaurante en el que me meto, aunque en dos de ellos ya no estoy, uno por venta (Tagliatella de Capitán haya) y otro por traspaso (MasQMenos de Maria de Molina). En este caso el proyecto viene del año 2012 cuando empecé a hablar con grupo Andilana para abrir en Madrid su concepto de democratizar la restauración, decoración cuidada, platos buenos y con excelente materia prima y todo a un precio muy comedido, es decir, el Zara de la restauración ;). Por aquel entonces, después de varios viajes a Bilbao y a Barcelona, la familia fundadora no se puso de acuerdo y algunos de ellos entendían que el que nosotros abriéramos en madrid iba a canibalizar su negocio en la capital. Ya en el año 2006 la familia decidió dar entrada a un fondo de inversión, Meridian, quienes a la vez pusieron al mando del grupo a Alejandro Cordero, malagueño ex de Dunkin Donuts y un tipo profesional y personalmente estupendo al que deseo lo mejor. Fué en esos momentos cuando Oscar La Pena me contactó como nuevo director de Expansión y después de las pertinentes reuniones y muchas visitas a locales, conseguimos dar con el que entendemos es la zona donde debíamos estar. Os invito a que nos conozcáis mejor y os paséis por allí, el ticket medio son 20 € (en función de las bebidas puede subir algo más) y eso si, todos aquellos que os paséis por Santa Engracia 70, por favor, enviadme vuestros comentarios. Hemos puesto muchas ilusiones en el concepto y esperamos estar a la altura de lo que esperan nuestros clientes.

Os pego alguna fotografía de la comida y del local, así os hacéis una mejor idea. Os iré contando como evoluciona este concepto porque no estuvimos acertados con alguna contratación inicial y además hemos visto que el modelo de negocio de Andilana no está tan preparado como esperábamos. De todas formas esto es un negocio a largo plazo, así que seguimos trabajando diariamente para mejorar. Os iré contando.

Madera, elementos naturales y un modelo pillado por sorpresa 😉
TerraViva en Santa Engracia 70, pulpo y patata morada
¿Te gusta el Salmón? En TerraViva (Santa Engracia 70)
Nuestra OREO… para los golosos
bike Triatlon Madrid 2017

Triatlón de Madrid con la mejor compañía

Hace ya 1 mes que estrené la temporada de triatlones, mi crónica habitual se ha hecho esperar debido a la alta carga de trabajo y estudios en los que estoy inmerso. Pero no quería dejar de poner en negro sobre blanco mis sensaciones a modo de recordatorio futuro y, si además le puede ayudar a alguien que quiera adentrarse en el mundo de la triatlón, que comparta afición o simplemente que quiera dedicar un par de minutos a leer mi crónica, pues bien empleado estará el tiempo.

Como decía, el pasado 17 de Junio sucumbí a disputar la triatlón de Madrid. Digo sucumbí porque llevaba un par de años resistiéndome a las propuestas tentadoras de David Rodríguez, amigo y CTO de Activolution (por este orden), pero finalmente el tema logístico se sobrepuso a la escasa gracia que me hace el nadar en un lago estancado que está lleno de carpas, anfibios y otras especies (muy) locales, por no citar otros elementos que se encontraron al drenar el lago de la casa de Campo en el año 1982 (año de naranjito y mundial de España) bancos, sillas, cajas de caudales, máquinas registradoras… aunque ni rastro de lo que me dijo Carlos en su llamada el día antes de la prueba, justo cuando volvíamos de reconocer el circuito, con toda su naturalidad nos dijo que la última vez que habían vaciado el lago habían encontrado 7 cabezas de personas (no he localizado documentación al respecto, pero si lo dice Carlos, así será).

Al lío, el día antes fuimos con David a reconocer el circuito, recoger dorsal y demás trámites previos a la prueba. La verdad es que cuando reviso el circuito de natación siempre me parece más largo de lo que recuerdo en otras pruebas, pero esas no son sensaciones nuevas. Intentamos recorrer con el coche el circuito de bici pero estaba todo vallado, así que no pudimos más que constatar que no apetece tragar agua del lago de la casa de campo y repasar sobre papel los 2 circuitos posteriores, bici y carrera.

Desayuno a las 7am lo de casi siempre, yogur con fruta natural (que no falte el plátano), frutos secos y una pequeña tostada con pavo natural. David pasa a recogerme a las 7.30 am. para estar en la casa de campo sobre las 8.00, todo fue según lo previsto. Llegamos y a colocar las bicis en los boxes (no nos dejaron hacerlo el día anterior porque imagino que así se ahorran la correspondiente empresa de seguridad… ¡pero señores que se trata de crear empleo!). Hasta entonces, todas las triatlones en las que había participado habían sido organizadas, primero por Skoda Triatlón Series y posteriormente por Santander Triatlon Series, pero esta la organizaba Popular Du&Tri Cup. Resulta curioso que pocos días después de la estafa a los accionistas del Popular, con la “venta” por 1 € al BSCH, el banco pueda seguir organizando (o siendo la imagen de la organización) Triatlones populares. Como dirían en el cantar de Mío Cid (y no en el Quijote como se le supone) “Cosas veredes, amigo Sancho”… en fin, o lo que es lo mismo, lo que hay que ver… Pero vayamos al grano que nos dispersamos.

La ocasión era especial para mi y es que acostumbrado a competir sin demasiadas personas en el público de mi lado, o por lo menos sin predilección especial por mi, en esta ocasión venían a verme desde Cáceres, mis queridos amigos Edu y Bárbara, con su pareja de hijos a los que adoro. La niña Amanda es toda una señorita y el pequeño Beltrán quedó fascinado del mundo de la triatlón cuando fueron a animarme a Sevilla, hace algo menos de un año. Desde entonces dice que quiere tener mi “patata” (se refiero al bíceps, jajajaja) y ser triatleta como yo. Me hace mucha ilusión esa admiración sincera que durará hasta que se de cuenta que soy solo un tío normal que compite en triatlones para tener una motivación extra a los entrenos diarios y porque, a la vez, esos entrenos me liberan la cabeza y me endulzan un poco el carácter ☺ . Pero es que además iba a animarme Carlos, padre de 4 hijos y, como entenderéis tío ocupado donde los haya. Leopoldo, amigo y socio en los negocios de restauración (os podéis imaginar lo obligada que es la restauración y lo que supone que vaya a verme) y su pareja Catia. Adrián, amigo y compañero de aventuras en tierra y mar y Miguel de Sagarra amigo, compañero de licenciatura, socio de la primera empresa que monté y anfitrión de mi primer reto deportivo en Estocolmo en el año 2013. Les puse a todos en contacto y no dejaron de animarme los días previos, pero ahora era debía devolverles parte de ese cariño terminando lo que me había propuesto, la triatlón olímpica de Madrid.

La salida estaba prevista a las 8.40, David con buen criterio, decidió que nos registraramoos en el último grupo de salida, por aquello de facilitar el sueño a los que decidieran irnos a ver y, ¡está bien!, también por nosotros, que no olvidemos que somos deportistas pero ¡nos gusta dormir! y  más aún en sábado. Por contra, al salir más tarde nos iba a afectar algo más la temperatura. Además había ola de calor en Madrid con recomendación de no salir a la calle… finalmente salimos a las 9.00 am. Los minutos previos a la salida, todos en fila, pasando por debajo de las duchas previstas para ser aprovechadas en dirección opuesta cuando se sale del agua… y ¡Miguel cámara en mano y dando ánimos! como se agradece… es como un chute de distracción que ayuda a amainar los nervios del momento.

Swim triathlon madrid

Swim triathlon madrid

David sale un par de minutos antes porque, curioso, establecen justo el corte en su dorsal. Nos deseamos suerte y ¡al agua! Ya estoy solo, con mucha gente, mucho ruido, el speaker repitiendo que el que se ponga nervioso levante el brazo y listo… no recuerdo más del speaker, solo esa frase. Y, de repente…suena la bocina. Intento tirarme con todo el estilo del mundo, aunque se me olvida el nado subacuático que había estado repasando antes de la salida, lo único que quiero es coger mi ritmo y llegar a la primera boya. Salgo bastante bien pero enseguida hay contacto con los nadadores de mi derecha, decido dejar de respirar a 3 brazadas y paso a respirar solo por la izquierda. Los inicios son importantes para coger ritmo y abstraerse de todo lo que nos rodea. Llego a la primera boya bastante fácil y convencido de que no iba a ser una natación complicada, por lo menos a nivel cabeza. Sin casi darme cuenta termino la primera vuelta al circuito, salgo del agua, me recoloco el gorro, oigo a Miguel animándome y, chapuzón para volver a hacer el recorrido.

Swim first lap

Swim first lap

Empiezo la segunda vuelta y me parece ver a David, luego me confirma que si era él, y que me vio nadar muy fácil, perdiendo algo de linea recta, pero muy fácil. Efectivamente hice unos 200 metros más de los 1.500 que tocaban y ese 13% es mucha distancia. Lección aprendida, hay que trabajar la orientación en el agua o la respiración frontal cada “x” brazadas. Salgo del agua encantado por las sensaciones que he tenido, aunque esos 200 metros me penalizan en el tiempo (35:57 segundos) cuando quería bajar de 30´ (mi entrenador dice que es imposible que no bajara de 30, creo que me sobrevalora. A los hechos me remito…mejor dicho, a los tiempos…)

Finishing Swimming Madrid

Finishing Swimming Madrid

Me dirijo a los boxes y cojo la bici, circuito también de dos vueltas, los primeros kilómetros ando solo adelantando a bastante gente, intento acoplarme de la mejor forma posible y cojo ritmo. A partir del km.7 me engancho a un pequeño grupo y vamos haciendo relevos. Que bien sienta el drafting cuando enganchas un buen grupo. El circuito no era sencillo, zonas con subidas más o menos pronunciadas pero que se hacían algo más duras por el tipo de piso. En definitiva, un circuito algo más duro de lo que suele encontrarse en la mayoría de circuitos de costa. Termino los casi 40 kilómetros en 1:23 min. media de 31 km/hora que para el tipo de circuito no está mal.

Bike Madrid Ricardo Sancho

Bike Madrid Ricardo Sancho

Me dirijo a correr, ¡mi sector! Hago una transición normal, aunque solo bajarme de la bici soy consciente del calor que hace, aprox. 37º. Decido salir a correr a ritmo, sin prisas e intentando estar concentrado. Suena mi reloj para avisarme que he hecho el primero de los 10 km. y me sorprende porque estoy corriendo a 4:40 cuando me parecía que iba mucho más conservador. Sigo a ese ritmo los siguientes 2 km. y de repente oigo a Edu, Carlos, Leo y Adri animándome, me parece ver hasta una pancarta, aunque no entiendo muy bien el mensaje*. Subidón de adrenalina y a seguir. El km.5 lo hago a 4:32 y me encuentro muy bien de sensaciones hasta el km.8 donde empiezo a notar un flato importante, decido aflojar algo el ritmo hasta que veo que me acerco a la llegada, sprint de rigor pero esta vez con recibimiento en la meta. Miguel debajo del arco de control, cuál fotógrafo acreditado, se me escapa una sonrisa mientras paso el arco que marca 2 horas 43 min. Rápidamente a hidratarme con sandía y agua y  lo más gratificante, a abrazar a todo el equipazo que me ha acompañado. Más agradecido no puedo estar.

Run Triathlon Madrid

Run Triathlon Madrid

Tengo que decir que a las dos semanas de esta triatlón hice mi primera triatlón cross esta vez nadando en el pantano de San Juan, escribiré en breve la crónica de la que ha sido la más corta (por distancia) pero posiblemente la más dura de las triatlones que he hecho en estos 3 años desde que llevo compitiendo. En breve os cuento.

Go Ricardo Go Madrid 2017

Go Ricardo Go Madrid 2017

Llegada a Meta Ricardo Sancho triatlon Madrid 2017

Llegada a Meta Ricardo Sancho triatlon Madrid 2017

*La pancarta decía “Go Abuelo, Go”… luego me aclararon que la habían encontrado por el suelo, el tal Abuelo debía haberse retirado o los autores de la pancarta decidieron finalmente que esta produciría el efecto contrario al que pretendían y la abandonaron… ☺ A mi me hizo gracia, más aún teniendo en cuenta que soy el más joven de todos los amigos presentes.

Voy a volver a estudiar

Foto con compañeros graduación en ADE. Barcelona año 2000

Foto con compañeros graduación en ADE. Barcelona año 2000

Realmente no se trata de una vuelta a nada, ya que, gracias al dinamismo del sector al que dedico mi vida profesional, no he dejado de formarme ni uno solo de los 3.740 días que hace que fundé Activolution (si, incluyo los festivos porque muchos de ellos también los he utilizado para seguir reciclándome).

El titulo del post se refiere a que voy a volver a estudiar en «plan serio», es decir, voy a volver a clase, con profesores cualificados y todo lo que conlleva, pero antes de desvelar la materia sobre la que intento mejorar, voy a poneros en situación con reflexiones en voz alta.

Han sido varias las tentativas que he tenido al respecto, recuerdo que en el 2005, aprovechando un pequeño parón en mi carrera profesional por problemas puntuales con la persona que co-fundé Activolution, me plantee realizar un MBA en USA. Estudié el GMAT y TOEFL, sacando las notas que necesitaba, pero finalmente decidí, después de una estancia de prospección de 3 meses en San Francisco, que aquella aventura era totalmente incompatible con el proyecto profesional que había puesto en marcha hacía tan solo 3 años: Intentar cambiar la vida de las personas a través de la formación mediante nuestra empresa de marketing en internet para el sector educacional Activolution, S.L. Por lo tanto decidí post-poner mis estudios.  Ya en el año 2013, analicé la posibilidad de estudiar un MBA en IESE de Madrid. Lo de hacerlo en Madrid seguía teniendo mucho que ver con mis labores en Activolution. Pero es cierto que cada vez que comentaba el asunto con uno de mis mejores amigos, Juan Sebastián de Eizaguirre, en una de esas charlas que tanto disfrutamos y tan bien nos hace, me obligaba a reflexionar. Por un lado ya tengo una formación en ADE (formación generalista en el mundo de la empresa) y, por otro, tengo experiencia fundando y gestionando empresas, incluso intentado internacionalizarlas. Por lo tanto, ¿Para que quería un MBA? ¿era un tema meramente formativo? ¿se trataba del networking? Este último aspecto, aunque siempre es interesante y no es asunto baladí, tampoco puede ser mi objetivo al estudiar algo tan exigente como un MBA, ya que trabajamos en un nicho vertical en el que conocemos a la gran mayoría de players. Cambié mi preferencia y empecé a valorar la opción de estudiar un PDG (programa de dirección general) también en la misma institución educativa, pero lo descarté por la escasa probabilidad de destinarle el mayor activo que podemos tener, que se va consumiendo y que nunca se recupera, si, el tiempo.

Llegados a este punto, y por ponernos en situación, hace ya 4 años que desde Activolution y TopFormacion.es empezamos a ayudar al equipo de Gonzalo Melián a poner en marcha su magnífico proyecto formativo (Omma Ayau) , apoyado por la Universidad Francisco Marroquín y bajo el nombre del empresario y fundador de la prestigiosa universidad sita en Guatemala. Un modelo formativo sorprendente, con aulas domotizadas y la posibilidad de seguir sus clases en streaming en cualquier lugar del mundo, con la diversidad en el alumnado que eso posibilita. Además con 2 clases semanales en horario completamente compatible con la vida laboral. Durante estos 4 años, además de compartir interesantísimas conversaciones con Gonzalo tras las reuniones que tenemos para analizar sus campañas y el uso de nuestro software en gestión de alumnos potenciales, me he ilustrado con libros sobre la «Economía Austríaca» y el «Value Investing». Tanto es así que, como suele ser habitual, cuanto más te ilustras más cuenta te das de que no sabes nada. Y bajo esa tesitura me planteo intentar cambiar la situación para, por lo menos, saber un poco más de la mano de sus súper profesores, Juan Ramón Rallo,  José Ignacio del Castillo, José Luis Benito alumno de la primera edición del máster y fundador del fondo True Value junto a Alejandro Estebaranz. En definitiva, un elenco de personas brillantes en el mundo del Value Investing.

¿Y qué es el Value Investing? No voy a extenderme demasiado en definirlo porque hay suficientes libros, y muy buenos, que lo hacen. Es una filosofía de inversión de la que fueron precursores Benjamin Graham, Warren Buffett, Peter Lynch… que analiza la inversión en empresas listadas (cotizadas en bolsa) buscando aquellas que cumplan una serie de criterios: equipo gestor de garantías (a poder ser empresas familiares con intereses alineados con los accionistas), empresas con beneficios recurrentes, con escasa deuda y, si es posible, con una ventaja competitiva duradera. Se realiza la valoración como si de una «due diligence» se tratara y se mantiene en observación hasta que el precio al que cotiza es lo suficientemente inferior al valor, de esa forma se mantiene un margen de seguridad interesante como para minimizar riesgos.

¿Y por qué me ha dado por estudiar el Máster en Value Investing de Omma?

La respuesta es muy simple, y no va por la línea de que ya con 14 años empezara a invertir en acciones (mi primera acción fue ERCROS)  ni tampoco que siempre haya tenido cierta atracción por el mundo financiero, y nada que ver con que en mi tercer año de carrera fuera a la bolsa de Barcelona por las mañanas (teníamos clase por la tarde) para experimentar con mi compañero de clase Josef Ajram las vicisitudes del «intraday». No, todo es mucho más simple y categórico: «Todos deberíamos estudiar finanzas». Es más, desde pequeños, deberían enseñarnos a ahorrar y a saber gestionar nuestros ahorros. Todos deberíamos tener interiorizada a fuego la conciencia del ahorro (la cantidad que sea, pero algo y de forma recurrente) porque, no nos engañemos (y no nos dejemos engañar por el gobierno) el sistema de pensiones actual es un modelo que no funciona y que simplemente nos quita renta actual (30% de media salarial que no llegan a ver los trabajadores) a cambio de unas promesas de devolución futura que no se van a cumplir. Es un tema muy complejo porque el hurto actual intenta pagar las promesas pasadas, y así de forma cíclica y continuada, hasta que no hay suficiente fuerza laboral para soportar la masa de personas ejerciendo su derecho de cobro (aumento de la esperanza de vida, mala gestión del dinero recaudado como «seguridad social por contingencias comunes»). Y es que, con una buena formación, cualquier persona podría gestionar mejor ese 30% y obtener rentabilidades superiores (¡y mucho más garantizadas de lo que las tenemos ahora!), simplemente con instrumentos de «gestión pasiva» replicando índices (por ejemplo, en los últimos 200 años el S&P 500 ha dado una rentabilidad media anual del 6,7% a valor actual, es decir, quitando inflación). En fin, este tema da para mucho y no quiero desviarme del objeto del post.

Lo dicho, creo que la formación en finanzas es algo que debería darse desde la escuela como asignatura obligatoria y, llegado a este punto, dentro de mis conocimientos y mi experiencia, he entendido que Omma es la mejor de las opciones para intentar ser algo más completo y, en definitiva, seguir aprendiendo que imagino que es de lo que trata esto, la vida. Os iré informando.