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Activolution

He vendido mi empresa

Ya sé que en los tiempos que corren a la gente le gusta más ver vídeos que leer, pero yo empecé este blog cuando YouTube no existía y, por una mezcla de nostalgia y de tradición, voy a seguir haciéndolo. Encima voy y escribo un post largo como este, ¡que osadía la mía! pero creo que el tema lo merece…

Hoy se cumple un año y 3 meses desde que vendí la empresa de marketing en internet que constituí hace 18 años, concretamente el 2 de diciembre del 2002, Activolution. Hasta ahora no lo había anunciado por un acuerdo de confidencialidad.

Fue el 12 de diciembre del 2018, no voy a ponerme melancólico porque las empresas son instrumentos que se constituyen con ilusión, sino es imposible que funcionen, aunque por supuesto la ilusión tampoco es garantía de nada, pero las empresas no son mas que instrumentos para tratar de cubrir un vacío, ya sea de servicio o de producto, detectado en la sociedad. Otra cosa son las personas que la forman, eso si es garantía de todo y, sin duda, la clave de que las cosas funcionen. En el año 2000, cuando constituí mi primera empresa, un portal para la búsqueda de empleo para gente joven, me grabe a fuego algo que leí en alguna revista de jóvenes emprendedores: “Las ideas están sobrevaloradas, una empresa con una idea mediocre y un gran equipo, tendrá viabilidad, lo contrario no funcionará nunca”.

En 18 años de trabajo en la empresa que uno constituye hay, por supuesto, mucho sacrificio individual y colectivo, muchas vivencias, muchas emociones e infinidad de anécdotas. Es difícil resumirlo todo en un solo post y si tratara de hacerlo seguro que me olvidaría de alguien y, como esto de las susceptibilidades va por barrios, no quiero que nadie se sienta molest@ por no ser nombrado, así que ni voy a intentarlo. De hecho voy a nombrar a muy pocas personas, por no aburrir y, precisamente, por no caer en el absurdo de intentar mencionar individualmente a todos… han sido unas 150 personas y carece de sentido. Pero, por supuesto, GRACIAS A TODOS y cada uno de vosotros. Personas que después de un proceso decidieron no acudir al primer dia de trabajo (también las hay), de vosotr@s también aprendí. Y personas como Jesús Jiménez, al que entrevisté en el año 2001 en el Rodilla de plaza Castilla (Madrid) y a los pocos días empezó a trabajar conmigo, hasta hace apenas unos días seguíamos haciéndolo, en estos años apostaría que me ha visto más a mi que a su fantástica mujer Noelia quien, por cierto, también trabaja con nosotros desde hace más de 10 años. Qué recuerdos aquellos en la primera oficina con Jesús, apenas 15M2 en Juan de Olías, una pequeña calle entre Bravo Murillo e Infanta Mercedes. Por entonces padecíamos el “síndrome de Peter Pan” invertido, es decir nos ocurría lo que les ocurre a los adolescentes, queríamos crecer y aparentar ser más grandes de lo que realmente éramos. Cada vez que sonaba el teléfono nos mirábamos preguntándonos si uno de los dos esperaba una llamada para responder el otro, con práctica ya no teníamos ni que hablar, un pequeño arqueo de cejas nos delataba. “Activolution buenos días… voy a ver si lo localizo” poníamos la llamada en espera y transferíamos al otro pasados unos segundos. A veces nos equivocábamos y la llamada era para nosotros, entonces poníamos voz de falsete intentando parecer otra persona, todo por la absurda idea de que no pareciera que éramos minúsculos (¡y lo éramos!), en fin, eran otros tiempos, otra mentalidad y esos “detalles” nos parecía que aportaban.

A los pocos años logramos escalar a una oficina más grande en el mismo edificio, además pudimos contratar a nuestra primera administrativa, Miren Guillén, que lujo eso de tener alguien que te ayude con las tareas burocráticas, con la facturación, que responda al teléfono, adiós a tener que poner voz de falsete ;). La recuerdo como si fuera ahora. En todos estos años por su puesto solo ha pasado Miren, Teresa Font y Esther Pareja. Esther sigue con nosotros a día de hoy. En el área comercial, además de Jesús estaba Alberto Sánchez y Rubén Iturralde. Vaya tridente. Rubén venía de I-Network (antigua red exclusivista de Antevenio, de mi admirado y amigo Joshua Novick) corría el año 2005 y aunque no pudimos trabajar mucho tiempo juntos todavía nos tenemos mucho cariño. De hecho, cada vez que nos contactamos sigue llamándome “jefe”, se que lo hace con todo el afecto del mundo, aunque ahora su jefe es él mismo ya que no ha dejado de emprender desde entonces. Alberto ha tenido una fructífera carrera primero en MyAlert y luego en Wysiwig.

Mirando la foto, a mi izquierda Alberto Sánchez, a mi derecha Fernando Bacaicoa (Grupo EducaEdu). En la boda de Jesús Jiménez y Noelia Pizarro (ambos históricos trabajadores de Activolution)

El siguiente paso fue irnos a Plaza Castilla, fue la tercera oficina y allí logramos incorporar al equipo a nuestro primer CTO, Jaime Torres, supervisado por David Rodríguez con quien yo llevaba colaborando desde el año 2001 pero el proyecto no generaba casa-flow suficiente para poder contratarlo. Aunque al final lo conseguimos, en el año 2006 David Rodríguez se incorporó a nuestra estructura como CTO. David también sigue con nosotros y puedo decir, con el más sano de los orgullos, que junto a Jesús ha sido el alma de Activolution. Con David parece ser que no nos ha bastado con compartir muchísimas horas en la oficina, también decidimos hacer varios Triatlones juntos, Castellón, Málaga, Madrid… ¡Gracias a los dos! No me quedan años profesionales para agradeceros vuestra lealtad y vuestra predisposición por ejecutar todas las ideas que hemos ido teniendo.

mirando la foto, David Rodríguez a la izquierda y Jesús Jimenez a la derecha.

Y saltando ya al 2009, fue el año en el que decidimos internacionalizar Activolution y, casualidades de la vida, mi amigo del alma Juan Sebastián de Eizaguirre, quien también fue el primer socio que tuve en la aventura del portal de empleo, estaba planteándose un cambio de vida profesional después de haber estado varios años por el norte de Europa, en Oslo y Estocolmo, envuelto en varios proyectos. Un par de llamadas y una visita a nuestra oficina valieron para que se sumara al proyecto. Juanse consiguió que fuéramos empresa PIPE (con ciertas ventajas por el ICEX), estudió las opciones y, finalmente, después de un viaje de prospección decidimos abrir en São Paulo nuestras primeras oficinas fuera de España. La historia es larga pero voy a centrarme en lo más fructífero. Juanse lideró la oficina, aprendimos mucho y cuando volvió a su Donostia natal lo hizo con una Paulistana con la ha formado una bonita familía con dos hijos, Gabriela y Mario, del último tengo la suerte de ser su padrino de bautizo.

Mirando la foto, Juan Sebastián de Eizaguirre a la izquierda. Jesús y David al otro lado. El día de la venta de Activolution (12-12-2018)

Gracias a todos los que habéis pasado por Activolution, gracias a vuestro esfuerzo hoy seguimos en marcha con un proyecto que hace 19 años era solo una idea. Ahora pertenecemos al mayor grupo de captación de alumnos potenciales de habla hispana perteneciente a Great Hill Partners, un fondo con sede en Boston.

¿Por qué vendí la empresa?

Básicamente por varios motivos que resumo en dos: Desgaste emocional y movimientos de concentración en la indústria.

En los 2 años anteriores a la venta se estaban produciendo adquisiciones y contactos para posibles adquisiciones en el sector que me hicieron plantearme la situación. A nosotros nos tocaron por primera vez en el año 2010, llegamos a firmar una LOI (acuerdo de confidencialidad) pero finalmente a mitad de la “due diligence” rompimos negociaciones. Por lo tanto, rondando esa idea en mi cabeza y, tal y como estaba mutando la industria a una especie de oligopolio en la que nuestra posición se vería comprometida, el resultado estaba claro. Nos empezamos a dejar querer.

Por otro lado, como mencionaba anteriormente, la ilusión debe ser el motor que nos mueva, si no hay ilusión debe haber, por lo menos, la reflexión y el análisis del motivo por el que no la hay. Si esa situación es reversible, intentemos poner los medios para recuperarla. Si no lo es, tengamos la determinación de cambiar las cosas para hacer cualquier cosa que nos ilusione, creo sinceramente que es una de las emociones que más puede mover el mundo, sin ilusión es imposible innovar, mejorar, amar, en definitiva, en todas las facetas de nuestra vida debemos aspirar a tenerla y sino, cambiemos la situación para que (re)aparezca. En mi caso la compañía ya operaba en un mercado bastante maduro, muy distinto al que “creamos” en los inicios del 2000 cuando debíamos evangelizar el modelo CPL (coste por lead) y teníamos que repetir a todos nuestros familiares que nos dedicábamos al medio internet pero “sin hacer nada malo”, todo lo contrario, nos dedicábamos a ayudar a la gente a cambiar su vida a través de la búsqueda de la formación que mejor encajaba con su perfil y objetivos. Las cosas cambian y aunque, en este caso a mejor, los sectores maduros no son tan emocionantes como los incipientes, por lo menos para mi.

En mi caso además, al proyectar la posible venta me venían a la cabeza nuevas ilusiones profesionales que en algún momento espero acometer y de las que “amenazo” contaros en un futuro.